Los Sistemas Aumentativos y Alternativos de Comunicación (SAAC) representan una herramienta fundamental para facilitar la interacción de personas con dificultades en el lenguaje o la comunicación, como ocurre en el caso del Trastorno del Espectro Autista (TEA). Desde nuestra experiencia, consideramos que estos sistemas permiten construir un lenguaje funcional mediante gestos, señas, imágenes u otros recursos visuales, lo que favorece una comunicación más efectiva y significativa. Esta capacidad de generar un canal alternativo de expresión es clave para que las personas puedan desenvolverse con mayor autonomía, especialmente en contextos educativos y de salud (Pauta Ipiales, J. M., & Casco Guamán, P. D. 2023).
Sabemos que cuando el lenguaje oral se ve limitado por una condición neurológica, cognitiva o motriz, la comunicación se convierte en una barrera que puede afectar no solo el aprendizaje, sino también la socialización y la atención médica. En ese sentido, los SAAC permiten reducir estas barreras al ofrecer estrategias adaptadas a las necesidades individuales de cada persona, permitiendo así que su voz sea escuchada, aunque no sea a través de la palabra hablada (Piña, N. B., & Belda-Torrijos, M. (2022).
Como profesionales comprometidos con la inclusión, comprendemos que la comunicación es un derecho y una necesidad básica. Por eso, resulta urgente implementar soluciones que garanticen este derecho, especialmente en espacios donde la comunicación efectiva es esencial, como en centros educativos, hospitales o servicios de atención especializada. En estos entornos, muchas veces nos enfrentamos a situaciones en las que una persona no puede expresar dolor, necesidades básicas o emociones, lo que compromete seriamente su bienestar.
Frente a esta realidad, proponemos el desarrollo de un Sistema Aumentativo y Alternativo de Comunicación diseñado específicamente para dispositivos tipo tablet, que permita responder a las demandas comunicativas de pacientes en sectores de guardia e internación. Esta solución tecnológica facilitará la interacción entre pacientes y profesionales de la salud, mejorando la calidad de la atención, reduciendo la frustración derivada de la incomunicación y promoviendo una atención centrada en la persona (Sosa, H., Martín, A. E., & Saldaño, V. E. (2023).
Creemos firmemente que incorporar este tipo de recursos en los sistemas de salud y educación no solo responde a una necesidad técnica, sino también a un compromiso ético con la equidad, la dignidad y el respeto por la diversidad humana.
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